La vida de Nora Suárez cambia cuando comienza a trabajar para Silver, un joven empresario que siente una gran obsesión por ella. Cuando Nora comienza a verse abrumada por múltiples averiguaciones en contra de su jefe, decide huir de la constante insistencia de Silver, que busca en ella un terrorífico interés oculto. A partir de ese momento, Nora se traslada a una isla poblada de habitantes con curiosas habilidades, entre los que se encuentra Eric, un joven solitario y enigmático con muchos secretos. Entre ellos nace una compleja historia de amor, enturbiada por la obsesión de Silver y todos los sucesos paranormales que rodean ese inhóspito lugar. Una relación empañada por los distintos mundos en los que se encuentran y una dificultad añadida: solo uno de los dos puede abandonar la isla.

                La verdad es que aunque la sinopsis del libro hace que la historia te llame la atención desde un principio, yo no he conseguido sumergirme en ningún momento en esta.

                El libro comienza con Nora, nuestra protagonista, yendo a una entrevista de trabajo en un bufete de abogados, para el cual tiene poca o nula preparación, y que para colmo llega media hora tarde a la misma. Simplemente a partir de aquí el libro ya me empezó a mosquear, porque vamos a ver ¿en qué mundo te dan el puesto de trabajo cuando llegas media hora tarde a la entrevista y además no tienes ni idea? ¡Qué me lo digan, que yo quiero ir allí!

                Después de esto y de que Nora sufra varios reveses (sus padres se van a separar y su novio Bruno no sabe escuchar, quien por cierto, me parece un calzonazos y un hipócrita), su jefe, Silver Betancourt, un joven guapo y millonario, que se lo tiene más creído que creído ¡Aplausos para él!, la invita a la fiesta de antiguos alumnos del instituto al que iban los dos. Y como a su novio le ha salido un trabajo de última hora, ella acepta. Y acaba la noche con ella seminconsciente en la casa de su jefe. Hasta aquí todo os puede hacer sospechar de una tórrida historia de amor entre el jefe y la secretaria. Pero es aquí cuando, Andrea, le da un giro de 180º a la historia y nos introduce en un mundo de fantasía donde las cosas más imposibles, como aparecer en una isla misteriosa, se pueden hacer realidad. Que si bien la idea es buena, para mi gusto, no ha sabido explicarla en profundidad y eso hace que la historia sea un lío y no termine de atraer, al menos en mi caso.

Aparte de este giro, del que no voy a contar mucho, para no hacer spoilers, que es lo más novedoso del libro. El resto se me hizo bastante predecible ya que a mitad del libro o antes ya me imaginaba como iba a acabar y la verdad es que no iba muy desencaminada. Esto hizo que, si bien la novela tiene un lenguaje sencillo y fácil que tendría que hacer que la lectura fuera rápida, en mi caso me costaba leer porque ya sabía que iba a ocurrir y me aburría.

Por otro lado,  con los personajes no he conseguido congeniar con ninguno, ni siquiera con Nora a pesar de que el libro está escrito desde su punto de vista. Nora es un personaje sencillo, que no sabe lo que quiere en la vida, y se pasa la historia contradiciéndose a sí misma. Ya que la autora ha querido pintarla como un personaje fuerte, pero sólo ha conseguido que en una escena la veamos pensar que va a ser fuerte y plantarle cara a las adversidades y en la siguiente la veamos desmoronarse. Además va siempre dos o tres pasos por detrás del lector.

Otro personaje que ni fu ni fa es Silver, obsesionado con Nora desde pequeño hará lo que sea para quedarse con ella (en esto también influye la profecía que va pululando por ahí de Nora y un Betancourt) y es un personaje al que no hay que cabrear. Aunque me da la sensación que la autora lo pone más malo de lo que es, en el sentido de que es un malo demasiado predecible, de esos que actúan cabreados, sin pensar, y no de los que planifican las cosas con tiempo.

Por último, tenemos a Eric que es, quizás, el único personaje que se salve. Un chico que Nora conoce en la isla y por el que se siente atraída. Es quizás el único personaje con un trasfondo y unos matices que llaman la atención y el que hace que quieras continuar leyendo. Si bien su flechazo instantáneo con Nora hace que le quite credibilidad.

Para finalizar, decir que el final (valga la redundancia) queda abierto a una segunda parte, ya que te deja con más incógnitas de las que tenías. Y hubiera sido lo que habría salvado la novela si no fuera tan ¡chof! Además hay una cosa del final muy extraña que involucra a un león llamado Max que acompañaba a Eric en la isla. ¿¡¿¡EN SERIO ESO ERA NECESARIO!?!?

Resumiendo, aunque la idea es buena, a mi parecer, la autora no le ha dado la suficiente profundidad, ni a la trama ni a los personajes. En la trama, me da la sensación de que es debido a que la historia transcurre demasiado rápido, en tan poco tiempo, que muchas escenas son poco creíbles. Y en los personajes debido a que no conocemos nada de ellos, sólo pequeños trazos que Andrea ha dejado caer.